Hoy en día, muchas empresas ya apuestan por espacios de relajación o incluso programas de yoga y meditación, lo que refleja la creciente importancia del mindfulness en los entornos laborales. Sin embargo, no siempre contamos con estos recursos a nuestro alcance. Por eso, queremos compartir contigo algunas recomendaciones sencillas que podrás empezar a aplicar desde ahora mismo.
Vamos con estas 5 recomendaciones:

1/ Realiza micro-pausas conscientes
Siéntate en una silla con la espalda recta, y tómate 3 minutos de total desconexión de la tarea que estés realizando. Cierra los ojos, concéntrate en tu respiración y observa cómo se siente tu cuerpo. Con esto lograrás resetear y reducir tu nivel de estrés y/o ansiedad.
2/ Respira conscientemente antes de una reunión
En momentos cruciales, cuando pueden aparecer el miedo o la ansiedad, detenerse unos segundos para respirar profundamente antes de entrar, te permitirá afrontar la situación con mayor claridad y calma, especialmente en conversaciones importantes.
3/ Desconexión digital consciente
En un mundo lleno de ruido y distracciones constantes como el nuestro, es más que necesario reservar momentos para el silencio y la calma. Dedica unos minutos a desconectarte de pantallas y notificaciones; apaga el móvil o aléjate del ordenador. Al volver a tu tarea, notarás que tu mente está más despejada, tu concentración aumenta y la sensación de ansiedad disminuye.
4/ Atención plena en lo cotidiano
Elige una actividad —tomar un café, caminar hacia una reunión, escribir un correo— y hazla poniendo toda tu atención en cada detalle, sin prisas. De esta forma entrenarás tu mente para enfocarte en el momento presente y no ir “en piloto automático”.
5/ Mindfulness en movimiento
No solo puedes practicar mindfulness en tu lugar de trabajo o estando quieto, también es posible practicarlo mientras caminas hacia la oficina o vas por la calle, siempre prestando atención a la respiración. Cada vez que notes saturación, respira profundamente tres veces, observando como entra y sale el aire.
6/ Revisa tus sensaciones corporales
En el trabajo, toma un momento de vez en cuando para revisar tus sensaciones corporales. ¿Hay tensión en tus hombros, cara, manos o espalda? ¿Cómo estás sentando o parado en este momento? ¿Qué está diciendo tu cuerpo? Conscientemente libera cualquier tensión lo mejor que puedas mientras exhalas y cambias de postura a una que exprese equilibrio, dignidad y alerta.

Al final, no se trata de cuánto tiempo inviertas, sino de la constancia. Incorporar unos minutos de mindfulness en el trabajo puede ser suficiente para transformar tu día a día: ganar claridad, reducir el estrés y afrontar los retos con más serenidad. Son pequeños gestos que no cambian tu rutina, pero sí la manera en que la vives. Y lo mejor es que sus beneficios se notan tanto en lo personal como en lo profesional.
¿Te animas a probarlo hoy mismo?